Reflexiones para tí.

La entrega

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. Romanos 12:1.

El texto bíblico de reflexión para hoy está introducido por una breve cláusula, muy significativa: “Así que”; es decir: “Por lo tanto”, “en consecuencia”. Esto es muy importante, porque a partir de este versículo, y prácticamente hasta el final de la Epístola a los Romanos, San Pablo va a hablar con detalle de la ética cristiana, del tipo de conducta que se espera de los redimidos.

Pero lo notable es que esta cláusula, “así que”, conecta todo lo que va a decir acerca del estilo de vida moral del cristiano con todo lo que dijo antes acerca de la grandeza de la redención. En otras palabras, la ética cristiana es consecuencia del evangelio, que es “poder de Dios para salvación” (Rom. 1:16). Gracias a todo el despliegue de recursos divinos utilizados en nuestra redención, ahora tenemos las herramientas suficientes para vivir una vida transformada, noble, de elevación moral.

Entonces, a partir del capítulo 12 y hasta el final de la epístola (cap. 16), presenta, con el aval de la seguridad espiritual que brinda todo lo antedicho, la vida santa que Dios ofrece al cristiano y que espera de él, y que practicará quien esté gozando de la salvación.

Pablo no creía que una vez que el cristiano goza por la fe la aceptación de Dios luego deba desentenderse de su conducta moral, dejando que todo funcione automática, inconsciente e involuntariamente. Por el contrario, él sabe que la mente humana debe ser motivada a realizar buenas obras; que el ser humano debe ser exhortado a una vida santa. Por tal motivo, dedica prácticamente un cuarto del contenido de su epístola a las apelaciones morales.

Y en Romanos 12:1 usa una figura muy fuerte para ilustrar el grado de entrega, de consagración, de total armonía con la voluntad divina, a los cuales es llamado el cristiano: se nos insta a que presentemos nuestros cuerpos, nuestra vida, “en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios”. El ideal cristiano es una vida de entrega total de cada uno de sus aspectos a la voluntad de Dios, y a la armonía con su carácter de amor, pureza y justicia.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie






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